
La música popular comprende un conjunto de géneros musicales que resultan atractivos para el gran público y que generalmente son distribuidos a grandes audiencias a través de la industria de la música. Esto está en contraste tanto con la música culta como con la música tradicional, las cuales normalmente se difunden por vía académica o por vía oral a audiencias más minoritarias.
Frente a la música tradicional o folclórica, la música popular no se identifica con naciones o etnias específicas sino que tiene un carácter internacional. Entre los géneros más representativos de la música popular de nuestro tiempo se pueden destacar el pop, el rock, el dance o la música latina, entre otros.
Otras denominaciones que recibe a veces la música popular son «música ligera» o «música pop», aunque no son muy adecuadas al tener ya otros significados más restrictivos. Por otro lado, «música popular» se ha empleado en ocasiones históricamente para referirse a lo que actualmente conocemos como música folclórica o tradicional, un uso que todavía pervive en algunos contextos.
El musicólogo y especialista en música popular Philip Tagg define el concepto a la luz de los aspectos socioculturales y económicos:
- "La música popular, a diferencia de la música culta, es concebida para ser distribuida de forma masiva, y frecuentemente a grupos grandes y socio culturalmente heterogéneos. Es distribuida y almacenada de forma no escrita. Sólo es posible en una economía monetaria industrial donde se convierte en una mercancía y, en sociedades capitalistas, sujetas a las leyes del libre mercado, según la cual idealmente debe vender lo más posible, de lo menos posible, al mayor precio posible".
Para Richard Middleton y Manuel Pedro, un enfoque común para definir la música popular es vincular su popularidad con la escala de la actividad, como la venta de partituras o grabaciones. Este enfoque tiene un problema, ya que las audiciones repetidas no se cuentan, la profundidad de la respuesta no se constata, audiencias socialmente diversas son tratadas como un mercado conjunto y no hay diferenciación entre los estilos musicales. Otra forma de definir la música popular es vincular su popularidad con los medios de difusión correspondientes. Sin embargo, esto es problemático, ya que todo tipo de música, desde el folk hasta lo más vanguardista, están sujetos a la mediación de masas. Un tercer enfoque para definir la música popular es a base de un grupo social, ya sea una audiencia masiva o una clase social particular (lo más a menudo, aunque no siempre la clase obrera), un enfoque que es problemático porque las estructuras sociales no pueden ser simplemente sobrepuesto sobre estilos musicales. Estos tres enfoques son muy parciales y estáticos también. Además, la comprensión de la música popular ha cambiado con el tiempo.

Los estilos de la música popular occidental del siglo XIX, que se nutrieron tanto de fuentes cultas como folclóricas, siguieron su desarrollo en el siglo XX paralelamente a la aparición de las nuevas corrientes como el jazz o el rock.
Hasta la década de 1960, en el terreno vocal prevaleció la canción ligera popularizada por los espectáculos de variedades y por los comienzos de la radio y del cine sonoro, conservando ciertos caracteres propios en cada país. Así ocurrió con el pop tradicional estadounidense (con creaciones de Cole Porter, George Gershwin o Irving Berlin), la canción francesa o "chanson" (con artistas como Edith Piaf o Jacques Brel), la canción italiana (donde destaca la canción napolitana, con Renato Carosone) o la canción alemana (representada por el Kabarett y el Schlager). Igualmente sucede en España con la canción española, cuyo género más representativo es primero el cuplé y después la copla (con figuras como Concha Piquer, Antonio Molina y posteriormente Lola Flores o Rocío Jurado). Latinoamérica por su parte exportó géneros como el bolero (con Antonio Machín y otros) o los ritmos de baile tan populares como el tango (con Carlos Gardel), la rumba o el mambo.
En la segunda mitad del siglo los espectáculos de variedades entran en franca decadencia, y aunque la canción ligera seguirá gozando de notable popularidad hasta nuestros días, irá cediendo terreno −sobre todo entre la gente joven− ante el avance de la moderna música pop/rock, de la cual recibirá una considerable influencia llegando incluso a confundirse con ella. El resultado es el género conocido como canción melódica, representada en el mundo hispano por artistas como Raphael, Julio Iglesias, Luis Miguel o el brasileño Roberto Carlos, mientras en el mundo anglosajón se pueden destacar las figuras deFrank Sinatra o Barbra Streisand. Otros artistas destacables de esta etapa son los franceses Charles Aznavour y Serge Gainsbourg, la griega Nana Mouskouri o el italiano Domenico Modugno.
Señalar por último la pervivencia en todo el siglo XX de un género mixto entre teatro, música popular y baile que, con orígenes en el XIX, conservará su fortaleza hasta nuestros días: el musical. Con epicentro creativo en Broadway (Nueva York) y West End (Londres), de la mano de autores como Leonard Bernstein o Andrew Lloyd Weber, el musical fructificó también en otras capitales europeas, latinoamericanas y asiáticas, y tuvo su reflejo también en el séptimo arte con adaptaciones o creaciones originales dentro del cine musical.
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